La Navidad es una tradición compuesta de pequeñas tradiciones y cada país tiene sus variantes.
En España una de esas tradiciones más arraigadas es comprar el décimo para la Lotería de Navidad, -organizado y controlado por el estado- que se sortea el 22 de diciembre.
Casi nadie se libra de un décimo o una participación para el décimo, ya sea comprándolo directamente -por gusto o por compromiso- o como regalo.
Para el que no tenga claro que es una participación, en pocas palabras, es comprar un décimo entre varios dividiendo a partes iguales tanto el precio del décimo como el correspondiente premio, por lo que la participación te puede salir a 1 euro como a 10 euros si se comparte entre dos.
Lo de las participaciones es una verdadera trampa, ya que como el precio del décimo es elevado (20 euros) se suele comprar entre varios. Pero claro tenemos el grupo del trabajo, el de amigos, la asociación, el colegio, etc. Y por no hacer "el feo", no señalarte o simplemente por compromiso los compras y te juntas con varias participaciones (entre tú y tu pareja), gastándote al final más de los 20 € de un solo décimo. Eso si no has sucumbido a la gran campaña de marketing para que te compres un décimo tú solo.
La campaña de marketing es elevada, anuncios en televisión y carteles por todos lados, con un mensaje subyacente en común, "este año te toca a ti". Hay que tener en cuenta además, que esta campaña no comienza en diciembre, sino varios meses antes e incluso en verano ya se puede comprar un décimo de navidad. Esto un año tras otro.
Y este es el meollo del asunto, te hacen creer de una u otra manera que tienes grandes posibilidades de que te toque el primer premio -el gordo de navidad- que son 3 millones de euros, una suma que te hace volar la imaginación con todo lo que podrías hacer con ese dinero.
Y digo que "te hacen creer", porque las probabilidades juegan en contra tuya. Analicemos un poco el asunto:
Es cierto que no hay solo un único premio, y que hay muchos de menores cuantías, pero todo el mundo tiene la ilusión y la esperanza de llevarse el "gordo" de 3 millones de euros, que es el que lo mueve todo.
El décimo consta de un número de serie que llega hasta 195 y un número de décimo que llega hasta 85.000, lo que se transforma en 1 posibilidad entre más de 16 millones y medio de que te toque la diosa fortuna. Repito: ¡¡1 contra 16.575.000!!
¿Merece el gasto económico esta probabilidad?
Lo curioso del asunto es que hay quien no juega a ningún juego de azar durante todo el año y sí compra la Lotería de Navidad.
Pero la lógica y las probabilidades quedan fuera cuando se cree en la suerte, el azar o la diosa fortuna. Porque que otra explicación hay al "extraño comportamiento" humano, de ir a comprar el décimo a una administración en concreto, como ocurre con la administración de Madrid de Doña Manolita, donde se forman enormes colas a su puerta para comprar un décimo. La gente acude de toda España, aunque se puede comprar por internet.
Es verdad que ha repartido muchísimos premios (dicen que la que más premios en toda España), pero eso no significa que "la suerte viva allí", sino que al ser la que más vende en toda España (vende millones de décimos) por pura lógica es más probable que salga un premio en una administración que vende 1 millón de décimos a otra que venda 300. Pero tú sigues teniendo las mismas probabilidades de ganar (o perder), vayas a donde vayas.
Otro de los comportamientos extraños es el de ir a otra ciudad a comprar un décimo. Por ejemplo, uno de Cádiz, está por Málaga y compra allí el décimo a ver si tiene suerte, y otro de Málaga que va por Córdoba lo compra allí, y el de Córdoba que esta en..., y tenemos una cadena de sin sentidos, buscando a la "suerte" como un perro que se quiere morder la cola.
Si nos atuviésemos a las probabilidades lo más lógico sería, por ejemplo, jugar a la Lotería Nacional, que se celebra todos los jueves del año, cuyo décimo cuesta 3 euros, el primer premio es de 1.170.000 euros (es algo menor al de Navidad, pero con esa cantidad te quitaría muchos problemas) y la probabilidad es de 1 entre 600.000 (6 series y el décimo que llega a 100.000). Vemos que la posibilidad de ganar la Lotería Nacional en comparación con el de Navidad, se ha incrementado en más de 27 veces.
Pero claro, la tradición es la tradición. Y no importa que vaya contra la lógica o incluso contra el bolsillo, porque cuando algo se hace siempre, se convierte en ley. Y no hay que pensar mucho en su sentido.... no sea que despertemos y nos salgamos del tiesto ;)
En España una de esas tradiciones más arraigadas es comprar el décimo para la Lotería de Navidad, -organizado y controlado por el estado- que se sortea el 22 de diciembre.
Casi nadie se libra de un décimo o una participación para el décimo, ya sea comprándolo directamente -por gusto o por compromiso- o como regalo.
Para el que no tenga claro que es una participación, en pocas palabras, es comprar un décimo entre varios dividiendo a partes iguales tanto el precio del décimo como el correspondiente premio, por lo que la participación te puede salir a 1 euro como a 10 euros si se comparte entre dos.
Lo de las participaciones es una verdadera trampa, ya que como el precio del décimo es elevado (20 euros) se suele comprar entre varios. Pero claro tenemos el grupo del trabajo, el de amigos, la asociación, el colegio, etc. Y por no hacer "el feo", no señalarte o simplemente por compromiso los compras y te juntas con varias participaciones (entre tú y tu pareja), gastándote al final más de los 20 € de un solo décimo. Eso si no has sucumbido a la gran campaña de marketing para que te compres un décimo tú solo.
La campaña de marketing es elevada, anuncios en televisión y carteles por todos lados, con un mensaje subyacente en común, "este año te toca a ti". Hay que tener en cuenta además, que esta campaña no comienza en diciembre, sino varios meses antes e incluso en verano ya se puede comprar un décimo de navidad. Esto un año tras otro.
Y este es el meollo del asunto, te hacen creer de una u otra manera que tienes grandes posibilidades de que te toque el primer premio -el gordo de navidad- que son 3 millones de euros, una suma que te hace volar la imaginación con todo lo que podrías hacer con ese dinero.
Y digo que "te hacen creer", porque las probabilidades juegan en contra tuya. Analicemos un poco el asunto:
Es cierto que no hay solo un único premio, y que hay muchos de menores cuantías, pero todo el mundo tiene la ilusión y la esperanza de llevarse el "gordo" de 3 millones de euros, que es el que lo mueve todo.
El décimo consta de un número de serie que llega hasta 195 y un número de décimo que llega hasta 85.000, lo que se transforma en 1 posibilidad entre más de 16 millones y medio de que te toque la diosa fortuna. Repito: ¡¡1 contra 16.575.000!!
¿Merece el gasto económico esta probabilidad?
Lo curioso del asunto es que hay quien no juega a ningún juego de azar durante todo el año y sí compra la Lotería de Navidad.
Pero la lógica y las probabilidades quedan fuera cuando se cree en la suerte, el azar o la diosa fortuna. Porque que otra explicación hay al "extraño comportamiento" humano, de ir a comprar el décimo a una administración en concreto, como ocurre con la administración de Madrid de Doña Manolita, donde se forman enormes colas a su puerta para comprar un décimo. La gente acude de toda España, aunque se puede comprar por internet.
Es verdad que ha repartido muchísimos premios (dicen que la que más premios en toda España), pero eso no significa que "la suerte viva allí", sino que al ser la que más vende en toda España (vende millones de décimos) por pura lógica es más probable que salga un premio en una administración que vende 1 millón de décimos a otra que venda 300. Pero tú sigues teniendo las mismas probabilidades de ganar (o perder), vayas a donde vayas.
Otro de los comportamientos extraños es el de ir a otra ciudad a comprar un décimo. Por ejemplo, uno de Cádiz, está por Málaga y compra allí el décimo a ver si tiene suerte, y otro de Málaga que va por Córdoba lo compra allí, y el de Córdoba que esta en..., y tenemos una cadena de sin sentidos, buscando a la "suerte" como un perro que se quiere morder la cola.
Si nos atuviésemos a las probabilidades lo más lógico sería, por ejemplo, jugar a la Lotería Nacional, que se celebra todos los jueves del año, cuyo décimo cuesta 3 euros, el primer premio es de 1.170.000 euros (es algo menor al de Navidad, pero con esa cantidad te quitaría muchos problemas) y la probabilidad es de 1 entre 600.000 (6 series y el décimo que llega a 100.000). Vemos que la posibilidad de ganar la Lotería Nacional en comparación con el de Navidad, se ha incrementado en más de 27 veces.
Pero claro, la tradición es la tradición. Y no importa que vaya contra la lógica o incluso contra el bolsillo, porque cuando algo se hace siempre, se convierte en ley. Y no hay que pensar mucho en su sentido.... no sea que despertemos y nos salgamos del tiesto ;)
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