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sábado, 13 de febrero de 2010

Ecos del pasado.

Que tiempo...Como un hecho normal, pensamos que todo lo que nos rodea está ahora mismo ahí. Que el presente es lo más real, que el pasado ya no está y que el futuro será lo que tenga que venir.

¿Pero realmente el pasado ya no está?, o dicho de otra forma, ¿el pasado ya no puedo vivirlo?

Pues parece que lo que vivimos día a día, lo que percibimos a nuestro al rededor, siempre es el pasado. Un ejemplo concreto y muy explicativo es el siguiente.

Cuando miramos al Sol, vemos el Sol donde estaba hace 8 minutos, es decir, cuando contemplamos el ocaso hay 8 minutos los cuales el Sol que está en el horizonte realmente ya no está allí. Esos 8 minutos, es el tiempo que tarda la luz, su imagen, en llegar hasta nosotros y en ese tiempo se ha desplazado con respecto a nosotros, así que si trazamos una linea recta de la imagen que vemos del Sol hasta nosotros, el extremo de esa linea recta no estaría a puntando directamente al Sol.

Otro ejemplo, es cuando miramos al cielo, ya vemos el cielo de hace miles de años. Además, no de hace un número igual de años, sino más bien una mezcla de todas las épocas. Hay que tener en cuenta que la luz de la estreña más cercana tarda más de 4 años en llegar hasta nosotros y ese tiempo se ha desplazado muchísimo, y eso la más cercana, a partir de ahí, miles de años.

De estos dos ejemplos, se puede decir que son dos casos puntuales, pero nada más lejos de la "realidad". Todo lo que percibimos por nuestro sentidos tardan un tiempo en procesarse y llegar a nuestro cerebro para que seamos consiente de lo que ocurre a nuestro alrededor. Lo que se transforma en una percepción de lo que ocurría a nuestro alrededor, hace un determinado tiempo en el pasado. Y esto es válido para cualquier evento (de momento que se sepa nada se transmite instantáneamente).

Un ejemplo gráfico de este desfase de tiempo debido al tiempo de transmisión y procesado de la información, podemos verlo cuando en dos televisores vemos al mismo tiempo el mismo canal, y en uno de los televisores estamos usando el TDT, (también se puede comprobar con tu televisor puesto en la misma cadena que la del vecino si escucháis su televisor, nada raro teniendo en cuenta las paredes de los pisos).

Si haces este experimento, observarás que en la televisión que tiene TDT, se muestran las imágenes con bastantes segundos de retraso con respecto al que no usa el TDT, y esto es debido al procesamiento extra que tiene la señal digital. Para hacerlo más gráfico, si lo que estamos viendo es una transmisión de un partido de fútbol, si no usamos el TDT, seremos testigo de un gol con bastante más antelación que nuestro vecino que usa el TDT. Para cuando él lo celebre, para nosotros ya será agua pasada.

TormentaEl sonido de una tormenta es el más claro exponente del desfase de tiempo. Cuando se produce un rayo, la luz y el sonido se generan prácticamente en el mismo instante, sin embargo a medida que se aleja la tormenta de nosotros, vemos primero el rayo y bastante después escuchamos el sonido del trueno, dos hechos que en un principio deben ir juntos, los vivimos como hechos separados en el tiempo.

El próximo día que estés en una tormenta, piensa cuando escuches los truenos, que estarás siendo testigo de los ecos del pasado.

sábado, 6 de febrero de 2010

¿El color magenta no existe?

Magenta
El mundo que nos rodea entra por nuestros ojos, y aceptamos que lo que vemos es lo que hay. ¿Pero que pasa si lo que entra "realmente no existe"?.


Los colores tienen su representación física o su descripción con la longitud de onda de la luz. Todos los colores están en su sitio:


Espectro de luz
Pero que pasa si vemos un color que no tiene representación de longitud de onda. En otras palabras, en el espectro visible por el hombre ¿donde está el magenta? "No existe", pero ¡lo vemos! ¿que pasa?

Pues lo que pasa, es que el cerebro funciona de la siguiente forma. Cuando la luz llega a la retina esta distingue la longitud de onda que compone esa luz y el cerebro interpreta esa longitud de onda como un color. Por lo que para empezar los colores solo están en el cerebro.

Tenemos que tener en cuenta que todo color tiene su complementario, es decir su color opuesto, bueno, todos menos el verde. Estamos hablando del opuesto para nuestro ojos, de forma que si hacemos un circulo con los colores mostrados en el gráfico de arriba, el opuesto es el que queda enfrente a cada color tal como lo distingue el ojo.


Cuando llega más de una longitud de onda, el cerebro suma las longitudes de ondas. Así, si recibimos luz roja y luz verde al mismo tiempo, al sumarlas el cerebro nos da el amarillo, que es justamente el color que está en el centro de ambos (gráfico más arriba) y tiene su propia longitud de onda.

Pero cuando llevamos más allá el experimento y recibimos la longitud de onda del violeta y del rojo a la vez, los cuales están en los límites de la luz visible, el cerebro al sumarlas puede hacer dos cosas, u obtiene el verde que es el que está a mitad de camino por un lado del anillo de colores mostrado arriba, lo cual no tiene mucho sentido, o se inventa un color para rellenar el hueco que queda. Y esto último es lo que que hace el cerebro, inventarse el magenta.

El color solo depende del cerebro, es solo una experiencia de la mente.

Fuente: http://www.biotele.com/magenta.html