Supongamos que tienes bastante dinero y quieres ir de compras.
Entras en una tienda de objetos de segunda mano.
En esa tienda tenemos los siguientes objetos, con una etiqueta con su precio en dólares y para facilitar la elección de lo que te quieres gastar, están ordenados por precio:
(recuerda que no son nuevos, ya están usados y viejos)
Y si además te digo, que todos esos objetos ya están vendidos. Si te digo, que hay gente que ya ha pagado ese dinero por esos objetos, viejos y usados.
Pero continuemos. Ahora te cuento la historia de cada objeto, y veremos si sigues pensando lo mismo:
Ahora, ¿te parecen más razonables los precios?, si/no, ¿algunos más que otros?.
Pero la verdadera pregunta, la más importante es, ¿qué es lo que realmente vale ese precio; el objeto o la historia que tiene?. ¿Porqué nadie pagaría por mis zapatos viejos, pero si esos mismos zapatos se los pone Brad Pitt o Matthew McConaughey o George Clooney, se dispara el precio?.
Cuando compras estos objetos usados, lo que estás pagando es el informe de su historia, así que lo que realmente vale, es ese certificado de "autenticidad", o la historia que te han contado.
Tenemos una obsesión casi enfermiza por la historia -información- sobre el objeto que queremos poseer o ya poseemos.
Ejemplo, te vas a gastar 6.000 (dólares o euros, para el caso da igual) en un boceto de Dalí, y quieres que un experto te autentifique la obra, da igual que tu no seas capaz de distinguirlo, es más si te ponen el auténtico al lado de una copia exacta, en la que solo un experto entre 10.000 se daría cuenta, y la copia valiese 4.000, seguirías queriendo el autentico. ¿Como vas a pagar 4.000 por uno falso?, aunque no seas capaz de distinguirlo.
Es sorprendente lo que estamos dispuesto a pagar por una historia, porque el objeto realmente es solo un mero contenedor o excusa para esa historia.
Y no hay que irse a extremos tan desorbitados como los mostrados anteriormente. Todos los días en las pequeñas y cotidianas actividades de la vida, actuamos sin darnos cuenta de esta forma. Quien no tiene un objeto que perteneció a sus padres o abuelos u otro antepasado, por el que pagaría lo que fuese si se lo robasen. Cuando el objeto en si desprovisto de su historia, no vale casi nada.
O cuando vamos a comprar un mueble u otro objeto y al preguntar el porque ese precio, te cuentan -por ejemplo-, que esta hecho a mano, por tal o cual tribu y que ha recorrido miles de kilómetros, como si eso justificara su precio. Pero es que encima lo aceptamos como justificación. Sobre todo el precio de los muebles hechos a mano y malamente, como si el estar hecho a mano y costar un riñón, justifique que los cajones estén descuadrados y no encajen bien.
Pero somos así, y la mayoría de las veces no nos damos cuenta de que estamos pagando mucho dinero... para que nos cuenten una historia.
Entras en una tienda de objetos de segunda mano.
En esa tienda tenemos los siguientes objetos, con una etiqueta con su precio en dólares y para facilitar la elección de lo que te quieres gastar, están ordenados por precio:
(recuerda que no son nuevos, ya están usados y viejos)
- guitarra (150.000,00)
- chaqueta (72.500,00)
- guante blanco (49.632,00)
- una foto (15.000,00)
- micrófono (14.000,00)
- saxofón (7.000,00)
- bañador de mujer (2.900,00)
- bote -vacío- de pastillas (2.600,00)
- un calcetín (585,00)
- frasco con aire (530,00)
Y si además te digo, que todos esos objetos ya están vendidos. Si te digo, que hay gente que ya ha pagado ese dinero por esos objetos, viejos y usados.
Pero continuemos. Ahora te cuento la historia de cada objeto, y veremos si sigues pensando lo mismo:
- La guitarra fue usada por el guitarrista de U2 en la gira de 1987.
- La chaqueta perteneció a Kurk Cobain.
- El guante blanco, perteneció a Michael Jackon y lo llevó en su boda.
- La foto es original de Annie Leibovitz, y muestra a John Lennon desnudo abrazado a Yoko Ono, tomada el mismo día (8/12/80) en que fue asesinado Lennon.
- El micrófono perteneció a Elvis Presley.
- El saxofón era del ex-presidente Bill Clinton.
- El bañador de mujer, era el que llevaba CJ Parker (Pamela Anderson), en la serie de TV "Los vigilante de la playa".
- El bote vacío de pastillas perteneció a Elvis Presley.
- El calcetín, con marcas de neumáticos, era del fotógrafo al que atropelló Britney Spears.
- El frasco contiene el aire "respirado" por Brad Pitt y Angelina Jolie, en el rodaje de "Mr. y Mrs. Smith".
-Todos estos objetos fueron vendidos por ese precio en distintas subastas-.
Ahora, ¿te parecen más razonables los precios?, si/no, ¿algunos más que otros?.
Pero la verdadera pregunta, la más importante es, ¿qué es lo que realmente vale ese precio; el objeto o la historia que tiene?. ¿Porqué nadie pagaría por mis zapatos viejos, pero si esos mismos zapatos se los pone Brad Pitt o Matthew McConaughey o George Clooney, se dispara el precio?.
Cuando compras estos objetos usados, lo que estás pagando es el informe de su historia, así que lo que realmente vale, es ese certificado de "autenticidad", o la historia que te han contado.
Tenemos una obsesión casi enfermiza por la historia -información- sobre el objeto que queremos poseer o ya poseemos.
Ejemplo, te vas a gastar 6.000 (dólares o euros, para el caso da igual) en un boceto de Dalí, y quieres que un experto te autentifique la obra, da igual que tu no seas capaz de distinguirlo, es más si te ponen el auténtico al lado de una copia exacta, en la que solo un experto entre 10.000 se daría cuenta, y la copia valiese 4.000, seguirías queriendo el autentico. ¿Como vas a pagar 4.000 por uno falso?, aunque no seas capaz de distinguirlo.
Es sorprendente lo que estamos dispuesto a pagar por una historia, porque el objeto realmente es solo un mero contenedor o excusa para esa historia.
Y no hay que irse a extremos tan desorbitados como los mostrados anteriormente. Todos los días en las pequeñas y cotidianas actividades de la vida, actuamos sin darnos cuenta de esta forma. Quien no tiene un objeto que perteneció a sus padres o abuelos u otro antepasado, por el que pagaría lo que fuese si se lo robasen. Cuando el objeto en si desprovisto de su historia, no vale casi nada.
O cuando vamos a comprar un mueble u otro objeto y al preguntar el porque ese precio, te cuentan -por ejemplo-, que esta hecho a mano, por tal o cual tribu y que ha recorrido miles de kilómetros, como si eso justificara su precio. Pero es que encima lo aceptamos como justificación. Sobre todo el precio de los muebles hechos a mano y malamente, como si el estar hecho a mano y costar un riñón, justifique que los cajones estén descuadrados y no encajen bien.
Pero somos así, y la mayoría de las veces no nos damos cuenta de que estamos pagando mucho dinero... para que nos cuenten una historia.
2 comentarios:
Dos palabras, completamente real.
A mi es que estas cosas no me llaman la atención, por lo que no me siento identificada, lo único que quizas si hago, es darle valor a las cosas cuando es de la familia, porque se le da un valor sentimental y eso no lo veo absurdo, simplemente te aferras a recuerdos, aunque evidentemente tampoco pagaría millones por tonterías por mucho que me recuerde a mis padres.
Eso se llama fetichismo, y los seres humanos solemos ser bastante fetichistas. A veces por vanidad, a veces por admiración a otra persona. De tu lista, me quedo con John Lennon desnudo.
Publicar un comentario