miércoles, 31 de marzo de 2010

Olvidando el origen de las cosas: Los Cuentos Clásicos

Pulgarcito (Gustave Doré)
Si te digo que voy a contarle a un niño de 4-5 años, historias en las que aparecen entre otros hechos; torturas hasta la muerte, canibalismo, incesto, infanticidio y padres que abandonan a sus hijos para que mueran. ¿Que pensarías sobre mi?, ¿que estoy mal de la cabeza?

Pero si te digo que le voy a contar los cuentos de; Blancanieves y los siete enanitos, Hansel y Gretel, Pulgarcito y Piel de asno. ¿Que pensarías ahora?, ¿que estoy haciendo lo correcto?

Pues todos esos cuentos tienen algunos de los hechos indicados al principio.

En Blancanieves y los siete enanitos, al final de la versión original, a la madrastra la condenan a ponerse unos zapatos de metal calentados al rojo vivo y bailar con ellos hasta la muerte.

Ogro de Pulgarcito apunto de degollar a sus hijas (Gustave Doré)Pulgarcito es toda una joya, los padres abandonan a Pulgarcito y a sus hermanos para que mueran en le bosque, en la casa del ogro este quiere matarlos para comérselos, aunque al final se confunde y degolla a sus propias hijas.

Hansel y Gretel en la casita de chocolate, son capturados por una mujer que los tiene prisioneros engordándolos para comérselos.

En Piel de asno, la princesa escapa del castillo porque su padre viudo, se quiere casar con ella.

Se puede seguir con más cuentos, así por ejemplo, la Belladurmiente, recibe una maldición de muerte por parte de un hada, pero otra hada la suaviza cambiándola por un sueño de ¡100 años!, y para que no se sienta sola cuando despierte, también duerme a todos sus criados, sin tener en consideración a sus familias y la crueldad que resulta separarlas de ellas para siempre.

Cuando le contamos un cuento clásico a un niño, pocas veces nos paramos a pensar lo que le estamos contando. Hay que ponerse en la piel de un niño que se cree cualquier cosa que le contamos. Así, si por la noche se despierte asustado por las pesadillas, después de haberle contado Pulgarcito, tendríamos que tenerlo en consideración y no tomarlo a la ligera pensando simplemente que "tiene miedo de un simple cuento", ya que debemos tener en mente que eso cuentos -en origen- no estaban destinados a los niños.

Los cuentos clásicos, provienen de la tradición oral de muchísimo tiempo atrás, tenían algún tipo de enseñanza destinada a la gran mayoría de la gente que era analfabeta y la supervivencia era el día a día. Los cuentos eran la manera de aprender e intercambiar conocimientos. El pensar que los cuentos son para niños es algo surgido a partir del siglo XIX.

Caperucita Roja (Gustave Doré)Charles Perrault, en el siglo XVII, se encargó de pasar la tradición oral a papel. Recoge las historias tradicionales y las transcribe sin suavizarlas. De esta manera, por ejemplo, en Caperucita Roja, no viene un cazador para salvarla, sino que el lobo la mata. Curiosamente, esta historia, tiene un alto contenido sexual. El cuento estaba destinado a las mozas, que ya habían dejado de ser niñas, -de ahí lo de la caperuza roja símbolo de la menstruación- para que tuviesen cuidado de los “lobos” que intentarán engañarlas para “comérselas”.

La versión del cazador, se la debemos a los hermanos Grimm (siglo XIX ), que reescribieron muchos de los cuentos tradicionales, eliminado muchos de los rasgos más duros de ellos.

Aunque ellos mismo al principio, debido a las críticas que recibieron de lo dura que eran sus historias, argumentaron que sus libros no estaban destinados a los niños. Pero luego cuando vieron el filón que era el publico infantil, retocaron sus historias adornándolas y limando rudezas. De esta forma, entre otras por ejemplo, cuando en una historia la madre maltrataba a su hija o hijo, esta era sustituida por una madrastra, que no resultaba tan chocante.
Blancanieves y los 7 enanitos de Disney (1937)
Para rematar la faena, en el siglo XX, Disney toma los cuentos tradicionales y vuelve a censurarlos y a modificarlos para convertirlos en un producto comercial con el que hacer mucho dinero. Y de paso seguir adulterando el folclore popular.



Si quieres volver a los orígenes de los cuentos populares, lo mejor es leer las versiones a Charles Perrault, las cuales sorprenderán por su crudeza.

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