jueves, 30 de septiembre de 2010

¿Sexo en la consulta del médico?

Caduceo tatuado
Eva, una mujer de treinta y pocos años, tiene la siguiente conversación con su pareja:

Eva: Cariño, esta mañana voy a ir a la consulta del médico, ya tengo la cita.
Pareja: ¿Que te pasa?
Eva: No me encuentro muy bien, voy a que me de un masaje en el clítoris hasta que me haga llegar al orgasmo.
Pareja: Ah, muy bien. Quieres que te acompañe o vas tu sola.
Eva: No te preocupes, me va a acompañar mi amiga, que también ha concertado una cita.

Luego más tarde a la salida de la consulta...

Amiga: Oye, ¿que te ha parecido el nuevo método?
Eva: Pues la verdad que me gusta más que el sistema antiguo. Es que este médico no es muy diestro con el masaje manual, el anterior médico sí sabia masajearme el clítoris mejor, pero este es un poco torpe y tardaba mucho en hacerme llegar al orgasmo. Pero ahora que usa el vibrador, es mucho mejor, llego antes.
[…]

No es una escena sacada de una película porno, ni mucho menos, es una situación de la vida real. Y claro la pregunta es ¿donde se daría esta situación?. Porque, hoy día aunque queramos pensar que en esta sociedad hay mucha libertad sexual, no te encuentras en la propaganda de Carrefour en la sección de electrodomésticos junto al microondas, la lavadora y la cafetera, un vibrador con sus accesorios.

Es más, ¿cuantas parejas verían normal que la mujer se fuera al médico para que la masturbase, masajeándole el clítoris?

Pues con lo modernos y liberales que somos, y que además creemos saberlo todo sobre el sexo, resulta que esta situación en esta sociedad es impensable y sin embargo, era práctica común en una época la cual tenemos en mente como una época de represión sexual, sobre todo para las mujeres. Me estoy refiriendo a la época Victoriana, es decir mediados y finales del siglo XIX.

Lo que es impensable en nuestro sexualmente desinhibido siglo XXI, era aceptado en el represivo siglo XIX.

Es curioso, como en esa época, debido precisamente a la represión sexual, en donde las mujeres no deberían tener relaciones sexuales excepto para procrear, estaba muy de moda la falsa enfermedad de la histeria femenina, que recogían un cuadro tan amplio de síntomas, que prácticamente cualquier cosa entraba en esa catalogación. Y se entendía que la falta de satisfacción sexual por parte de las mujeres las enfermaba. Así que se instauró la práctica, en las consultas médicas, de masajear el clítoris hasta que esta llegara al "paroxismo histérico", es decir, al orgasmo.

Ducha PélvicaResulta interesante que, aunque se tocaran los genitales femeninos con el objetivo de llevarla al orgasmo, lo que hoy se entiende por masturbación, no se consideraba una práctica sexual sino una terapia médica. Esta terapia se ofrecía en los balnearios más exclusivos, donde se ofrecían además métodos más sofisticados como el masaje producido, no por la mano sino, por ejemplo, por un chorro de agua a presión en los genitales.

Obviamente, ofreciendo estos servicios un médico y no estando mal visto por la sociedad, ya te puedes imaginar como estarían las consultas. Precisamente, debido a esto, a la gran cantidad de mujeres que solicitaban el tratamiento, -y como de todo se cansa uno- el médico Joseph Mortimer Granville, en la década de 1880, cansado de darle con la mano, inventó el primer vibrador con baterías.

El vibrador se hizo tan popular y estaba tan bien visto, que se vendía como un electrodoméstico más, y fue de los primeros, ¡llegó incluso diez años antes que se empezasen a vender planchas eléctricas para el hogar!

Esta era la situación hasta el año 1952, cuando la "histeria femenina" dejó de considerarse una enfermedad de verdad y encima aparecieron las primeras películas porno, donde se mostraba el uso de vibradores en su repertorio pornográfico, lo que hizo que se viera el uso del vibrador como algo “sucio”.

Lo más interesante, de todo esto, es el plantearse que es normal y que no lo es. Hoy día no se ve normal esa situación, hecho que si lo piensas bien, choca muchísimo con lo "adelantado" que estamos. Y sin embargo en una época -de mucha represión sexual- durante más o menos un siglo, se veía con buenos ojos la "masturbación femenina", incluso se veía como algo saludable, en el sentido estricto de la palabra.

La clave de esta situación, es cambiarle el nombre a los hechos y acciones, para aceptarlas. Así, a la masturbación se le llama "masaje", al orgasmo se le llama "paroxismo histérico" y al vibrador "herramienta terapéutica". Si además se adereza con el nombre de "terapia médica", pasamos de un acto escandalizador y reprochable a uno de completa normalidad y beneficioso.

Cambiando las palabras, estoy cambiando la realidad que se percibe. Todo es válido, lo importante es saber escoger las palabras correctas para describirlo, de esa manera lo inaceptable se vuelve aceptable. Y de esto quienes saben mucho son los políticos.

jueves, 16 de septiembre de 2010

¿Te gustaría poder recordar TODO lo que vieses y oyeses?

ojo mundo
La memoria es un recurso ineludible y engañoso.

Ineludible, porque debes constantemente recurrir a ella para absolutamente todo lo que haces durante el día a día; tenemos que recordar donde dejamos el coche, lo que le dijimos al cliente, los que nos comentó nuestra pareja, incluso su nombre y el de nuestros padres, que hicimos ayer, etc.

Y engañoso, porque se altera con cada evocación de un recuerdo, cuando más recordemos un suceso y más tiempo pase, es más probable que se aleje cada vez más del recuerdo original y sea adornado con nuevas aportaciones.

¿No te has fijado, que cuando tú y otras personas sois testigos de un hecho y una de esas personas le cuenta lo ocurrido a otra que no estaba presente, la historia que cuenta es ligeramente (en el mejor de los casos) distinta a lo que tú recuerdas?

En la entrada "Experiencias, Recuerdos, Memoria... ¿que me hace ser como soy?" ya explicaba como no nos podemos fiar de nuestra memoria.

Pero, si tuviésemos un dispositivo que grabara absolutamente todo lo que vemos y oímos durante todo el día y luego pudieses de una manera fácil, recuperar un fragmento en concreto de nuestra experiencia, ¿como afectaría eso a nuestra vida?.

Imagina poder revivir exactamente lo que ocurrió hace 8 años, 23 día, 11 horas, 2 minutos y poder mostrárselo a otra persona. Algo parecido a lo que ocurría con los implantes que se usaban en la película "La memoria de los muertos", aunque en esta, solo se podía acceder a los recuerdos unas vez muerta la persona.

Las ventajas son enormes, pero los inconveniente, pueden que sean mayores.

Sin IntimidadComo inconveniente tenemos, por ejemplo, la posibilidad de la vulneración del sistema/dispositivo y exponiendo, por consiguiente, tu intimidad al intruso, dejando en manos de un extraño todo lo que has mirado y escuchado en tu vida. Por mucha seguridad que se ponga, todo sistema informático tarde o temprano queda al descubierto. Por otro lado, no es necesario un "ataque", ya que hay que tener en cuenta que mediante una orden judicial se abren "todas las puertas". Que está bien cuando la justicia es justa, puesto que harían que los juicios fuesen muy rápidos, porque habría la posibilidad de que viesen en primera persona tanto el juez, como el jurado y los abogados, lo que hizo el presunto culpable de un delito. Pero cuando la justicia no es justa (como desgraciadamente sucede muchas veces) quedas desnudo ante todo el mundo.

Lo de un dispositivo de estas características no es algo de fantasía, Microsoft está interesado en un sistema, no exactamente igual, pero sí uno que permita almacenar lo máximo posible de todo lo que haces a lo largo de tu vida. El proyecto se llama MyLifeBits que es un proyecto de software que pretende construir una base de datos multimedia que pueda dar cabida a todas las vivencias que experimentemos a lo largo de nuestra vida. Una descripción del proyecto en español aquí. Si a esto le incorporamos una cámara subjetiva grabando -audio y vídeo- las 24 horas del día, en vez de una foto cada minuto, tenemos toda nuestra vida al alcance de cualquiera.

Obviamente esto requeriría mucha capacidad de almacenamiento y podría decirse que por ahí pierde agua, pero teniendo en cuenta que no hace mucho, investigadores de California han descubierto cristales que son capaces de almacenar entre mil y un millón de veces más información que las memorias digitales actuales, parece que este punto quedaría cubierto. Es decir, que posiblemente dentro de nada mediremos las memorias en Exabytes. Teniendo en cuenta que 1 Exabyte son 1.073.741.824 Gigabytes, estamos hablando de capacidades de almacenamiento enormes.

Pensándolo bien, el uso de un dispositivo de este tipo cambiaría la sociedad drásticamente.

Por poner unos ejemplos; estás en un examen de historia, puedes rebobinar tu memoria y llegar al punto donde leías los apuntes y transcribirlo todo exactamente, por lo que los exámenes deberían cambiar su filosofía de memorizar a la de razonar. Puedes revivir una situación que te haya sido agradable (un encuentro sexual) todas las veces que quieras. Puedes volver a ver y oír a personas que por la razón que sea no están ya, y no tener solo aquel momento en concreto en el que lo grabaste con tu vídeo cámara. Y que me dices de la cantidad de discusiones de pareja del tipo "tu me dijiste y yo te dije" que acabarían directamente. Hay más pero no quiero ponerme pesado.

Drogadicto del pasadoPero y de los inconvenientes, ¿qué?. Hay muchos, aunque solo pondré un par de ellos. Teniendo en cuenta la debilidad humana, para "engancharse" a cualquier cosa, seguramente surgirían los “drogadictos del pasado, aquellas personas que no estando satisfechas con su situación actual se dedicasen continuamente a revivir una y otra vez una época feliz de su pasado, y no avanzando en su vida.

Por otro lado, queda al descubierto toda nuestra intimidad, cualquier cosa que hagamos a solas o no, queda registrado pudiendo caer en otras manos. Esto que parece un inconveniente (lo de desnudar nuestra intimidad), últimamente parece que nos estamos acostumbrando a desnudarnos cada vez más en público, como podemos comprobar en las declaraciones que te puedes encontrar en Facebook, Tuenti, Fotolog o sin ir más lejos en los programas de TV donde se habla de la vida intima delante de millones de personas.

Claro está que puedes elegir no usarlo, pero.... como casi todo en esta vida, las elecciones de los demás afectan a tu vida. Si estás rodeado de personas que sí lo usan, incluso tu pareja, ¿no estarías indirectamente usándolo?. Como no te vayas a una isla desierta, no puedes escapar a la corriente de la sociedad y a sus avances tecnológicos. ¿Cuantas personas que conoces, en su día dijeron que no querían saber nada de los móviles o de las tarjetas de crédito o de los ordenadores, y hoy lo están usando?

Llegue a existir este tipo de aparato o no, lo que está claro es que en esta sociedad de la información, se tiende cada vez más a eliminar las barreras de comunicación y a que se comparta cada detalle de tu vida, por insignificante que sea. ¡Y para muestra tenemos Twitter!